Una señora muy rica recibía la atención de todo el mundo. Tenía la atención de muchísimas personas, que andaban siempre detrás de ella. A muchas les gustaría quedarse con su fortuna. Pero a ella no le importaba.
Un día por la noche ella estaba durmiendo y de repente... escuchó ruidos. Al principio no les dio importancia, pero cada vez sonaban más cerca, así que empezó a asustarse. Pensó: “Da igual, tengo muchos guardias”. Pero seguía teniendo miedo, aunque no lo dijera.
Fue a la cocina a beber un vaso de agua, encontró un vaso preparado en la mesa, no pensó que aquello era muy raro, que la cocinera nunca dejaba un vaso así.
Cuando bebió, un hombre que estaba allí escondido se puso muy contento, pues al beber en ese vaso se iba a convertir en una mujer de cristal.
La mujer sentía algo raro y cuando se dio cuenta vio que se estaba transformando en una persona de cristal.
Decidió pedir ayuda a una señora que le podía dar algo para que recuperara su cuerpo normal.
Al llegar allí la señora le dijo que no podía abrirle la puerta. Ella le pregunto por qué. La señora le dijo que parecía una persona muy mala con la gente y no quería que le pasara algo malo.
Ella le respondió: “No te voy a hacer nada, es que me convirtieron en una mujer de cristal y quiero volver a ser humana.
La señora le pidió que se lo contara todo y al final le dio una infusión que la volvió a su estado normal.
Ella prometió que iba a cumplir con todas las normas (como salir a la calle con mascarilla) y que iba a ayudar a las personas pobres sin casa y sin comida.
Después de un tiempo siendo buena ya nadie le tenía envidia. Ahora dirigía muchos hogares para niños, adultos y hasta perros que no tienen casa. Se acordó de una frase que escuchara tiempo atrás: “Si quieres que te respeten y que no te tengan envidia, no trates mal a las demás personas”.
Ahora que cuida a tantas personas y animales se convirtió en la persona más querida de la comarca.
Yandere
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